El fútbol produce una serie de efectos secundarios tales como exaltación, alegría, babeo, locura transitoria, cabreo, enardecimiento de la amistad, falta de apetito, insaciable sed alcohólica, etc. Algunos lo comparan con una religión.Un estudio de la Fundación para la Salud Mental del Reino Unido, como todos sabemos unos grandes expertos en la materia, llegó a la conclusión de que el fútbol consigue que los hombres maximicen sus sentimientos y su sensibilidad. Según esta investigación el 76% de 500 hombres encuestados, aseguraron que no les daría vergüenza abrazar y dar mimos a sus amigos mientras miran un partido de fútbol… sobretodo en la segunda parte, cuando el efecto de la cerveza disminuye su sentido de la vergüenza.En España otro estudio elaborado por gente sin otra cosa que hacer ha dictaminado que un 72% de los aficionados españoles prefieren el fútbol al sexo. La pasión por el fútbol de los aficionados españoles llega a tales extremos que uno de cada seis considera que formar parte de la afición de su equipo favorito es como tener una relación de pareja.
