


Eso es lo que pasa cuando te inyectas mucho Botox, se te drena hacia el cerebro y hace que se te hinchen las neuronas. No podríamos esperar nada mejor de un personaje de tal calado, mucho menos ética ni moral política.
Si en lugar de sabios y filósofos los políticos son presidentes futbolísticos o magnates televisivos, un país se convierte en un show.
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