LA NAVIDAD

No se que tiene la Navidad que a todos nos vuelve un poco locos. Vale, a mi un poquito mas loca. En está época actuamos como compradores desenfrenados, alegres compulsivos. Compramos regalos. Vamos a visitar a los amigos. Enviamos e-mails con saludos. Nos quedamos sin crédito, etc. Lo normal. Lo que nos pasa a todos. Lo que hacemos todos. Mis navidades, desde que alcanza mi memoria, siempre tuvieron un dejo triste. No era por los regalos, aunque no siempre había. Es raro como de pronto algunas fechas comienzan a recordarnos a la gente que falta en la mesa. Esa es la razón de que a la mayoría cada vez nos gusta menos la navidad. La clave para disfrutarla es pasarla rodeados de las nuevas adquisiciones familiares: hijos, sobrinos, primos, hermanos, etc. Ellos todavía conservan esa mirada ante lo nuevo y todavía no tienen demasiada práctica con el tema de la nostalgia. Desde que encontré esa táctica siempre mis navidades tienen un poco de fiesta. Bailo, abro regalos con más sorpresa y enciendo estrellitas en el balcón.