Los compañeros con los que trabajo son unos frikis con mayúsculas como
yo, hacen el trabajo más ameno, nos reímos, cantamos, ponemos verde a la jefa,
nos contamos la vida... en fin, que el cachondeo va y viene entre llamada y
llamada.
Esta Dani alegre y dicharachero hace
las delicias de las tardes. Canta, te baila un pasodoble,
se planta todas las tardes en el trabajo con un repertorio musical mucho más
extenso que el de la SGAE. Nombrado gramola oficial de las tardes de upselling.
Su buen humor y sus ganas siempre conseguían arrancarme una sonrisa.
El otro Dani es una enciclopedia andante con el que puedes hablar de
todo lo que se te ocurra. Lee todo lo que cae en sus manos. Lee libros de todos
los géneros, de todos los estilos y de todas las formas y tamaños. Lee libros
de papel, libros digitales y cuando se terminan los libros, lee los graffiti de
las paredes y hasta las etiquetas del champú.
Belén una muñequita de porcelana. Guapa, simpática comprensiva. Es todo
paz y amor. Rocío, la pelirroja salvaje es mi jipi preferida. Pasa de ser una
mariposilla a ponerse seria y responsable en el trabajo como la que más.
Frank, el rebelde indomable, un
revolucionario. Tiene sus
propios fines, su propia tabla de valores, su propio camino y cuenta unos
chistes que te hacen llorar de risa.
Está Cris y Mari unas mujeronas con carácter y gran corazón. Cuando les
dan arrebatos de sensualidad y cuentan sus anécdotas picantes, le sacan los
colores hasta al más liberal.
Son tantos y con tantas cualidades diferentes... y también, como
humanos que somos, llenos de defectos que los convierten a cada uno en únicos y
maravillos. Pero eso lo dejo para otro post.
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