Siempre me digo a mi misma que todo tiene solución y lo que no , pues no merece la pena ser causa de preocupación, ya que por muchas vueltas que le des, no se va a solucionar. Antes vivía en una autentica y agradable irresponsabilidad en cuanto al tema monetario, no tenía hipotecas, ni hijos que dependiesen de mi. El sueldo me lo gastaba el mismo día del ingreso en libros, ropa o cualquier chorrada que me apeteciese., pero he llegado a un punto en el cual , solo la pregunta ¿cómo estas Marta? se convierte en detonante de mis sentimientos, para empezar a llorar sin poder contenerme.
En casa somos cuatro. Sólo yo tengo un trabajo "estable" y como la gran mayoria, soy otra que a duras penas, llega a mileurista. Hipotecada hasta las orejas y llena de deudas.
Paso doce horas del día fuera de casa y muchas veces me planteo si tanto sacrificio merece la pena.
PD. no me hagáis mucho caso, amanecí con mal pie.
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