Tú vives aquí, en mi corazón. Y vives tal como eres. No es necesario que seas perfecto o sabio. Tampoco espero que estés siempre de buen humor, sereno, divertido o dispuesto a consentirme. Ni que seas un pionero, valiente e invencible, el más fuerte de todos, como ese príncipe azul de siglos pasados. Lo único que espero de ti es que me ames, me cuides (y dejes que yo también te cuide) y quieras estar a mi lado.
Por eso, quédate en mi corazón, quédate conmigo.
Por eso, quédate en mi corazón, quédate conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu Huella: