jueves, 19 de noviembre de 2009

La vida es bella


No me atrevía a escribir nada en estos días. A parte de que mi inspiración está más abajo de mis pies, esa horrible sensación de negarme a continuar con mi vida por el hecho de que un ser querido finaliza la suya. Es como una sensación de culpabilidad por reírme cuando algo me hace gracia o tararear cuando escucho una melodía que me gusta. Escribir, me parecía una falta de respeto, pues siempre, por muy serio que sea el tema, termina siendo alguna de mis payasadas. Soy fanática de la vida, me declaro culpable de ello. Quiero recordar los buenos momentos, disfrutar con mis seres queridos, reírme hasta que se me mojen los lóbulos de las orejas. Abrazar y besar. Quiero también recordarle con cariño. Lo guapo que es y lo orgullosa que estoy de que sea mi tío. Recordar cuando me cantaba aquella horrible canción con mi nombre: Marta eraa unaa niñaaa que en el caaampoo se críooooo…. Cuando me llevaba los domingos a montar a caballo. Recordar su habitación, cuando apenas era un adolescente, llena de pósters de cantantes y actrices de moda, y la ilusión con la que yo guardaba los pósters de las revistas de mamá para dárselas y ayudarle a pegarles en su pared. Recordar con agradecimiento cuando defendió a mi mamá de los malos tratos. Sentir un enorme orgullo cuando me dicen lo parecido que es mi pre-adolescente a él.


Me digo que no pienso a llorar, porque no está muerto, pero… estoy llorando

1 comentario:

  1. ¡Qué bella eres Marta! Llorar es bueno, hay que dejar salir las lágrimas... Te mando un gran beso!

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