domingo, 14 de abril de 2013

Comida dietética...

Me encantan los anuncios de comida dietética. Esas tres estacas! Flacas como un palo! Comiendo esas barritas integrales, de digamos... “chocolate” a esas las cogía yo, y las tenía a ensalada y pollo tres meses, a ver si les daba la risa. Porqué son tan injustos los anuncios? Porqué ponen a la flaca más flaca, a publicitar comida, para las que como a mí, nos pirra el chocolate? No se dan cuenta de que hieren nuestros sentimientos? El sueño de toda mujer, no es, tener un cochazo, o una casa de megalujo. NOOOOO!  Lo queremos es comer lo que queramos sin engordar, con eso nos conformamos! Y poder restregar a todo el mundo aquella frase que solo las extramegadelgaldas pueden decir, de como lo que quiero, y siempre estoy igual!. Esto del peso es horroroso. Mi almohada con orejas lleva desde siempre a dieta. Esto más que una dieta, empieza a ser, una condena, coño. En casa lo sufrimos con él. Todos los años la misma promesa: este año, pierdo los ocho o diez kilos que me sobra.y no hay manera, cuando muera, en su tumba rezará, aquí yace el hombre al que siempre le sobraron diez kilos. Me desmoralizo, y más cuando hablamos con la generación de nuestras madres. Esta generación que está entre los 50 y 65 años, si esa generación en la que todas y cada una de ellas, te dice eso de: Yo cuando me casé, pesaba 40 kg... Hayyyyyyy dios! Que yo no peso 40 Kg, desde que tengo 12 años, vamos, ni así¡¡¡ creo que nunca he pesado 40 Kg! Yo pasé directamente a los 50! Y claro, una hace su regla de tres, y si veo que ahora la generación de los 40 Kg están hechas unas bolitas, pienso para mis adentros: Joer, si esta se casó con 40 y ahora puede perfectamente, hacerse pasar por el increíble Hulk y sobrepasa los 90 Kg, qué va a ser de mí? Que me casé con 50!

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