En particular, a mí, esta boda no me interesa lo más mínimo.
Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba , catorce veces grande de España, supongo que por la gracia de dios; de un dios gracioso que te meas.
La verdad es que es de admirar, hace lo que le da la gana sin importarle nada, ya que tiene pasta y una edad en la que no tiene que dar explicaciones a nadie y se ha buscado un jovencito que le alegre la vida que le queda. Bravo por ella!!
Se dice que siempre obtiene lo que ha querido. Desde luego, siendo una de las mujeres más ricas y nobles del mundo, eso no es muy difícil.
El espectáculo de su boda, para algunos ridículo y para otros morboso, ha sido fabricado por los medios de comunicación, que no se detienen ante nada para mantener sus revistas con tiradas extraordinarias, o los televisores sintonizando sus canales y para ello no se han cohibido de alimentar el morbo al máximo. Y en este caso, aprovechando encantados la disposición abierta de la duquesa para darles gusto.
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