viernes, 29 de marzo de 2013

Mensajes...


Una de las cosas más graciosas de los coches sucios es que hace que la gente se convierta en poeta o que saque su inventiva a pasear.
El caso es que tengo el coche muy pero que muy sucio, en parte por que el otro día llovió algo a medio camino entre la arcilla y el guano, y en parte por que lo limpio con productos de limpieza para personas dejadillas religiosamente una vez cada dos o tres lustros.
Ayer, aparco al lado de un colegio, y cuando voy a coger el coche un poco más tarde me encuentro con que me han escrito algo en la puerta: “Hola puto”.
¿’Hola puto’? ¿Qué clase de mensaje es ese? ¿Qué es lo que me estás queriendo decir, misterioso interlocutor anónimo? ¿Qué profunda filosofía existencialista oculta del humanismo se ampara tras ese locuaz binomio?
He dado por hecho que se trata de algún crío que a la salida del cole ha visto el coche sucio y no se ha podido resistir. Yo también lo hacía, pero … ¿’Hola puto’? No sé, yo cuando era infante recuerdo que era más creativos, no poníamos nada que fuera menos digno que un: “No lo laves, planta patatas”, un: ”Tonto el que lo lea”, o mi favorito, un: “Ojalá mi novio fuese tan guarro”. Que sé yo, algo con cuerpo, un poco de denuncia social, que te haga pensar. Pero es que … ¿’Hola puto’? Si al final voy a tener razón cuando digo que hay una generación perdida.
Imagino que el autor, después de completar su obra maestra se iría henchido de orgullo para casa, con su compendio de sabiduría impreso en la puerta de mi coche, convertido ya desde entonces en vehículo del saber difusor de su corriente de pensamiento.
Eso sí, con el dedo usado para escribir rebozado en caca. Que le cunda.

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