sábado, 1 de agosto de 2009

DE VUELTA AL TRABAJO


Después de mi larga ausencia, 1 semana de vacaciones y 3 semanas de baja médica, regreso cabizbaja, arrastrando los pies, mientras subo las grises escaleras, que se me hacen eternas y cansinas. Siento que subo un escalón y bajo 3.
En cuanto se abre la puerta y me encuentro con un montón de personas sentadas con sus cabecitas mirando hacia la pantalla del ordenador con gesto de autentica concentración (puro teatro, pa’ que crean los jefes) he cambiado de inmediato mi actitud. Esto lo que hace que disfrute del trabajo (bueno debo confesar que el ingreso de nomina a fin de mes, también me hace muy feliz). Trabajo junto a un variopinto grupo de personas con gustos, personalidades, estilos y caracteres tan diferentes y me encanta descubrir día a día la cantidad de gente buena que hay. Comparto junto a ellos muchas horas del día.
En estos tiempos en los que nos ha tocado vivir, se hace necesario apreciar las pequeñas cosas que tienes en tú vida. Yo particularmente me siento muy afortunada, tengo motivos para ello, tengo trabajo, me sirve la ropa del verano pasado y estoy rodeada de compañeros maravillosos. Son un equipo estupendo, pijos, góticos, nerds, intelectuales, raritos, algunos con mucho genio, loquitos, etc., etc. Han pasado a formar parte del árbol de mis amigos, convirtiéndolo así en un frondoso árbol cuya copa se pierde de vista entre las nubes.

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