domingo, 23 de agosto de 2009

OBJETIVO: LA FELICIDAD

Nos encontramos viviendo en una sociedad cada vez mas desarrollada, y eso influye en nuestro comportamiento. Los hombres, por naturaleza, somos celosos de nuestro honor. Bueno, en casi todos los casos. Pero sin duda, nuestro comportamiento está ligado al funcionamiento social, esto es: uso y abuso de los recursos, afán de enriquecimiento rápido y sin escrúpulos, culto al hedonismo, a la vida fácil y cómoda, competencia sin cuartel a todos los niveles y consumismo despiadado. No nos da tiempo a dar un paso hacia atrás y ver nuestro comportamiento desde otra perspectiva. Esta sociedad nos aplica el rodillo, nos avasalla y nos aplasta. No nos da tiempo a reaccionar, aunque nuestro instinto animal y natural, nos marca cada noche en la almohada, que algo va mal. Sabemos que nunca nos encontramos contentos, tenemos y poseemos de todo, pero, sin embargo, la vida se nos está vaciando de sentido. Pero poco a poco tengo la sensación de que en todos nosotros emerge un sentimiento cada vez más consciente de nuestra frustración social, de que estamos perdidos y comprobamos el vacío en el que vivimos. Estamos rodeados de puro, duro y cruel consumismos, entre decenas de anuncios de los mejores y más caros perfumes, relojes, moda y cosas inútiles que seguirán sin darle sentido a nuestra vida y aumentarán nuestra frustración por no tener acceso a ellas. Tenemos que buscarnos a nosotros mismos fuera de la muchedumbre y del estrés diario que la rutina marca con severa precisión suiza. Todo ello conlleva a una serie de sacrificios, tanto materiales como personales, pero trae innumerables beneficios. Al final trataremos de alcanzar el fin último por el que vivimos: La felicidad

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