domingo, 13 de septiembre de 2009

A UN OMBLIGO EN LA CALLE

Me encantan las librerías. Me gusta pasar la tarde perdida entre mesas y estanterías a la caza del un libro que me haga la vida más placentera. Me gusta el olor de los libros. Me dejo llevar por los títulos y leo siempre las contraportadas, pero lo que realmente me pierde es mirar las dedicatorias. Cuando las veo, siempre imagino quién está detrás de esos nombres y qué esconden esas frases breves, casi siempre agradecidas, sinceras y un punto enigmáticas. Reconozco que me encantaría que me dedicasen un libro o una película, o una canción… Notar que estás presente durante el proceso creativo de un artista debe de ser una sensación maravillosa. Debo confesar que hace algunos años, un amigo poeta, le dedico un poemario a mi ombligo, eso me dijo, pero el dedicar un libro a un ombligo visto en la calle, no me hace sentir muy segura de que se refiriese al mío.

2 comentarios:

  1. Nunca te has detenido callada y en silencio al lado de un libro? Si te agachas un poquito y lo acaricias, el libro siempre te sussurra algo....y siempre terminas saliendo de una libreria con una nube así de grande arriba de la cabeza que parece un comic de tantas cosas maravillosas que te han dicho ahí adentro.

    beso

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  2. Bueno, hay dedicatorias y dedicatorias, no sé en que libro era que el autor decía algo así: "gracias a mis hijos por hacer que este libro se escribiese en el doble de tiempo requerido" ;-).

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