sábado, 16 de febrero de 2013

La Teletienda


Mi mamá es fan de la teletienda. Hace unos días llegue a casa y la encontré atónita observando los anuncios de esos peculiares productos.
La teletienda es un elemento televisivo claramente infravalorado. ¿Qué seria de mi mamá sin ella? Es una fuente de ideas interesantísima que la ayuda a gastar el dinero en artículos de primerísima necesidad. Toda emocionada mi progenitora me cuenta que ha visto un producto increíble una fregona con la que no hace falta barrer, solo la pasas y listo. Le digo –Mami, no lo veo lógico, si no barres llegará un momento que la fregona se llenará de mierda y  lo que hará es restregarla por el suelo.
Pero  ella, llena de dignidad, a  tirado mis argumentos por el suelo- la fregona es un lujazo de artículo. La fregona no es otra cosa que la evolución de nuestra triste e inútil fregona tradicional. La ventaja que presenta éste genial artículo es que se escurre de forma automática, sin que tengamos que hacer ningún esfuerzo. ¡Pero qué genial, con esta fregona el esfuerzo que he de hacer para sobrevivir se reduce!. Comprar la fregona es invertir en salud. Me ha empezado a convencer por su gran utilidad: "se puede usar sobre parquet, cerámica e incluso baldosas". ¡Qué innovación técnica, las fregonas anteriores no podían hacer esto! Pero lo que de verdad la ha hecho tener que abalanzarse sobre el teléfono para llamar a los proveedores es que ¡sólo vale 50€! . ¡Tirada de precio! Y le regalaban una más.  Hay que ser muy idiota para no comprarla.
Y me a contado que hay otros productos también indispensables como sujetadores, que sujetan de todo, camisetas que ocultan las mollas y los michelos, alargadores de pene, bragas que te ponen culos, o que te los disimulan, e incluso unos sujetadores con pezón incorporado. Toda mi vida, comprando sujes acolchados para que no se marquen los pezones, que es algo que he odiado toda mi vida, y resulta que ahora lo que se lleva es ir marcando pezón…¡¡manda huevos!!!
Me comento, también, que hace unos días la llamó una amable y encantadora señorita para ofrecerle el servicio de adsl de Ono. La miro con cara de terror y  me dice: -tranquila que le he dicho que no voy a contratar nada sin antes consultarlo contigo.
Me quedo más tranquila y me dispongo a  despedirme con mi fregona bajo  el brazo y miró una caja en la  mesilla de la entrada. – Mami y este router de Ono?...

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