lunes, 4 de mayo de 2009

La Crisis de la vida o la vida en crisis?


Estoy de vacaciones, unas vacaciones que me gustaría disfrutar de otra forma, pero bienvenidas sean, a pesar de que la forma de pasarlas es vegetando frente a la odiosa televisión o leyendo un buen libro en las mañanas y por las tardes me entrego plenamente a mis bajitos y, ya no soy dueña de mis actos, me rindo totalmente a lo que, sus retorcidas mentes, planean para divertirnos. Pero eso es otra historia que ya os contaré.
Esta mañana Leí un articulo en una revista que trataba de la crisis de los 40. Y me ha hecho pensar... J... nuestra vida es una crisis constante que cambia de nombre de década en década!
Crisis de la infancia: Pequeños que hacen un drama por cualquier cosa, si la papilla no le gusta, si tiene sueño, si el sonajero está desafinado, si el perro no se quiere meter en el armario de las barbies... Básicamente los psicólogos explican que se trata de una crisis. Los niños utilizan los berrinches como una forma de expresar la frustración. No esta una criando tiranos ( en mi caso tirano no, pero Demonio de Tasmania claro que sí!), sino mas bien lidiando con personitas que tienen una baja capacidad para comunicarse, entonces, lo que no pueden expresar con palabras y/o negociar tiene altas probabilidades de convertirse en crisis.
Crisis de la adolescencia: ya hemos sobrevivido a tener que levantarnos a las 2 de la madrugada para alimentar a los hijos cuando eran unos lactantes, a las rabietas propias de la primera infancia y a las protestas de hoy-no-quiero-ir-al-colegio propias de la etapa escolar. Entonces, ¿por qué se le hiela la sangre y se erizan los pelos cuando oye la palabra "adolescencia"? Claro! Es fácil, continúa la crisis, pero ya en talla adulta. No es tan fácil coger a un chico de mas de 30 kilos, ponerlo en tus rodillas y darle un par de azotes. Hormonas desbocadas, Cambios físicos. Se es impaciente. Se está cansado. Los padres dicen que es a causa del crecimiento, de los estudios, de las veladas demasiado largas, de las noches demasiado breves. Lo que es innegable es que la principal tarea de un adolescente es lograr la independencia y al no conseguirla de la forma mas fácil y rápida, pues ya se sabe entramos en la crisis del adolescente.
Crisis de los 30: Desconozco si las crisis de edad son un invento del Corte Inglés para vender antiarrugas, lociones, relojes analógicos, corbatas y otros productos varios, típicos para cada edad. De repente, después de los veintitantos te das cuenta de que sigues en casa de tus padres, no has cotizado (esta palabra se desconoce hasta cumplir los 25), dos cubatas se te suben a la cabeza, sólo te quedan 6 años para terminar de pagar el coche, hablas con tus amigos de aventurillas de cuando eras “joven”, ya has asumido que esa lorza barriguera va a seguir contigo el resto de tu vida, recuerdas la música de las series de los ochenta, y tus compañeros del instituto se están casando y algunos (jodete), hasta tienen piso.
Cuando tenías 15, tenías una visión de ti a los 30 tan diferente a la realidad, que es inevitable que haya días que no puedas evitar darle vueltas a la cabeza. Mirando a tu alrededor te das cuenta que tus colegas están igual que tú, y eso que algunos ya tienen más de treinta.
Crisis de los 40: Estos en la cama, tapado con la manta hasta arriba del todo porqué no quieres salir, no quieres que nadie te vea. ¡Qué miedo! ¡Qué depresión! tienes que empezar a comer sin sal, te crecerá la barriga, las primeras arrugas, canas por todos lados, pelos largos en las orejas... ¡Socorro!
La crisis de los cuarenta no aparece al cumplir el cuarto decenio de tu vida, comienza mucho antes. Más o menos a los tres meses de empezar tu primer trabajo, justo el día en que despiertas y te das cuenta de que hay millones de personas que son más inteligentes y más guapas que tú, y que seguramente llegarán a ser mucho más importantes, y otros tantos millones que son menos inteligentes y más feos, pero que llegarán a ser más ricos.
Crisis de los 50: Te sientas en un café y ves a un grupo de hombres haciendo un círculo, fuera del café, fumándose su cigarrito y poniendo la misma cara de estúpidos cuando ven pasar a una mujer. ¡Es como si viniéramos de otro planeta, como si nunca hubieran visto una especie semejante!. Los ojos se les ponen saltones, brillantes y llorosos, dando la sensación que van a salir corriendo a pegarles un mordisco, pareciera ser, que en cosa de segundos, les comenzaran a doler las muelas, porque hacen gestos extraños con la boca, incluso si fijas la mirada con más atención, hasta podrías ver un hilito de baba asomándose por sobre el labio inferior. Otra de las manifestaciones es el cambio brusco de actitud, ya que si les observas desde lejos no ves más que a un grupo de "cincuentones comunes y corrientes" conversando amenamente, pero en realidad lo que esconden, es mucho más oscuro. A medida que se produce el "acercamiento" de la hembra, va cambiando la intención y la postura corporal del semental, como por ejemplo, los que tenían la corbata por el lado norte vuelven a acomodarla, otros se arreglan el cabello, otros dando ese pequeño saltito característico aprovechan la oportunidad para arreglarse el pantalón (en algunos casos las bolas), algunos se pasan la lengua sobre los dientes para limpiarlos, incluida la sonadita característica con pasada de dedo, para asegurarse que no haya quedado registro de alguna mucosidad en el exterior y lo más curioso fíjense, es que los peladitos se esconden dentro del café y los menos se dan vuelta para exponer el lado donde les queda pelo ¿?. Según sea la mujer en cuestión, se codean unos a otros "como pasándose el dato", tomando inmediatamente la postura clásica de galán de cine. ¡La Sonrisa!, Esto es muy importante, algunos sólo esbozan un pequeño gesto, una sutil muestra de coqueteo, otros en forma más descarada, hasta osan asomar la lengua. ¿Y para qué toda esta parafernalia?, para sólo verla deambular (perro que ladra no muerde, dicen). Luego de que la femme se aleja, se quedan ahí, cuchicheando: "te fijaste que cuerpo ..." (bueno, la verdad es que no es sólo para verla deambular, sino que también para tener un motivo de conversación. Ahora que analizo los hechos, no puedo evitar hacerme esta pregunta: ¿Acaso estos tipos no tienen nada más interesante que hacer?, se me ocurre que podrían dedicarse a molestar a la gente vía internet, o aprovechar de acompañar a sus esposas al supermercado (porque la mayoría de estos ejemplares son casados, se nota por el esfuerzo que hacen al tratar de esconder la argolla), o ir a buscar a los niños al colegio, o ir a jugar billar, o en última instancia, quedarse en la oficina simulando que trabajan...
Luego nos persiguen las crisis de identidad, de pareja, la crisis ambiental, económica... una crisis constante. Vivimos una vida que pasa rápidamente ante nuestros ojos, con pocos cambios aparentes. Cada edad tiene un virtud, y el problema es que la descubres cuando esa etapa de tu vida ya ha pasado. Arrepentirte de lo pasado es inútil y frustrante, así que, compañeros de generación: ¡El mundo es nuestro! ¡A vivir!

2 comentarios:

  1. como diria ricky martin linving la vida loca!! jajaj muy filosofico y realista... bueno voy por unas cremas....

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